Grisel
No podemos ser objetivos con Grisel, pero os aseguramos que es una de las visitas obligadas si estáis por el Moncayo.
Allí abrimos en 2014 nuestro primer alojamiento con encanto, el Castillo de Grisel, después de 30 años de trabajos de recuperación, ¡toda una odisea!
Pero Grisel es mucho más que el castillo, situada a 625 metros de altitud, a los pies del monte de La Diezma, cuenta con un paraje natural de importante atractivo turístico: el Pozo de los Aines.
Una sima caliza de más de 15 metros de diámetro con sus paredes recubiertas de una frondosa vegetación producida por el efecto del agua subterránea cuyo origen legendario se sitúa en el siglo XVI.
El clima en Grisel es más benévolo que el de las cercanas localidades el valle del Ebro ya que no le afecta el viento del cierzo ni la niebla es tan abundante como en las ciudades más cercanas al río.
Al sur de Grisel se halla el monte de La Diezma, con un fantástico mirador desde el que se pueden observar unas espectaculares vistas de toda la comarca y, en especial, del Moncayo. En diversos puntos del monte existen unas singulares construcciones: las Casillas de Pico, construcciones en piedra seca de gran valor patrimonial. Recientemente se ha restaurado una de ellas, que es accesible desde el mirador de La Diezma.